Lava muy bien tus manos antes de iniciar.

Toma una gasa antiséptica húmeda que tenga el tamaño suficiente para envolver la punta de tu dedo índice.

Pasa la gasa por todos los rodetes gingivales, o específicamente, por toda la encía de arriba y abajo, la lengua y el paladar. Cuida de no lastimar al bebé o introducir demasiado el dedo porque puedes provocar el vómito de tu bebé.

Desecha la gasa y usa una nueva para la próxima limpieza.

Para mayor sentido práctico puedes usar el dedal de higiene bucal que es reutilizable y tiene un material con propiedades antibacterianas; es fácil de lavar y cuenta con una textura ideal para remover impurezas.

Repite este proceso a diario.

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